En la guarde del monito tienen un peluche que es un
cocodrilo con una mochila. En la mochila meten fichas con la foto de
cada uno, y las van sacando para decir quién es y si ese dia ha ido o se
ha quedado en casa.
Pues desde hace unos días, cada vez que voy a
recogerle, me lleva de la mano hasta el sitio del cocodrilo y le llama:
“Coco, coco!”. Algún día lo hemos cogido y ha estado sacando todas las
fichas. Otros días lo habían cambiado de clase
y al ir a buscarlo no estaba. Pero día tras día me lleva a buscar a
Coco a su sitio.
La semana pasada sí que estaba y no lo quería
dejar. Llevábamos ya un rato con Coco y teníamos que irnos, pero no
había manera de que lo soltase. Cuando le cogí en brazos, se agaró a
Coco y lo llenó de besos, lo soltó diciendo su nombre
mientras lloraba desconsolado.
Así que he decidido encontrar otro Coco. En la
tienda ya no lo venden, pero lo he encontrado de segunda mano. Vendrá
desde un país lejano, pero espero que le quiera tanto como al Coco
original.
De hecho el otro día me pilló con la foto
en el ordenador y menudo berrinche llamando a Coco. Además estoy
haciendo fichas parecidas con los abuelos, primos, tíos,…
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