el monito entró al baño y se puso a dar golpes en la mampara de la ducha. pensando que querría un juguete que tenía dentro, abrí la puerta.
entró corriendo, se sentó, y empezó a señalar el grifo mientras decía: "ahhh, ahhhhh". la manguera de la ducha le apasiona.
no me quedó más remedio que ducharle. para que luego digan que los niños no quieren bañarse nunca.
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